Contar con los colaboradores adecuados, que sean eficaces, eficientes, productivos y que encajen en el equipo, es todo un reto.
Cada persona es un ser único, fuera y dentro del trabajo, con sus manías, miedos, preocupaciones, prejuicios, deseos, motivaciones, expectativas, aspiraciones…
Tu objetivo como responsable es sacar todo su potencial, aunque debes tener en cuenta algo importante: ellos solo pondrán a tu disposición su talento y su motivación de forma voluntaria si prestas atención a sus necesidades y sabes cómo atenderlas adecuadamente.
Detecta si existen alarmas que indiquen desmotivación
Lo primero es saber si cuentas con las personas que realmente necesitas. Por tanto, tienes que evaluar si se dan las siguientes alarmas en tu colaborador:
- Nunca se ofrece voluntario para ayudar a sus compañeros cuando lo necesitan.
- Siempre se queja cuando se le asignan nuevas tareas o responsabilidades.
- No muestra interés por formarse en nuevas áreas relacionadas con su trabajo.
- Comete errores habitualmente y no parece esforzarse en aprender de ellos.
- Se ausenta del trabajo con frecuencia.
Cuantas más alarmas se den de la lista anterior, más difícil será que nos dé todo su talento y su motivación. Porque todos tenemos un talento que ofrecer y sentimos motivación por ciertas cosas, solo que deben darse unas circunstancias determinadas para que lo pongamos en práctica. Puede que no sea el puesto deseado, la empresa, los compañeros, la situación personal… Tu cometido es indagar si tiene o no la motivación necesaria para desarrollar su talento o, en todo caso, lo que está en tus manos para hacerlo posible.
No hay personas incompetentes. Hay personas válidas ubicadas en los puestos equivocados (Fernando Trías de Bes).
Transforma alarmas en oportunidades
Tu objetivo es lograr un equipo en el que las alarmas que detectes se transformen en oportunidades de desarrollo para sus miembros, de tal manera que actúen de la siguiente forma:
- Son proactivos ante cualquier reto o problema.
- Reconocen los errores y los tratan como oportunidades de mejora.
- Tienen un alto sentido de pertenencia al equipo.
- Están siempre dispuestos a ayudar a un compañero.
- Asumen nuevas responsabilidades como oportunidades de crecer profesionalmente.
- Se están formando y reciclando permanentemente.
Y la pregunta del millón: ¿Cómo lo hago?
Aquí tienes la respuesta: con múltiples herramientas prácticas. Estas son algunas de ellas, si las aplicas de forma sistemática, alcanzar el éxito en la dirección de tu equipo será mucho más fácil:
1.El Índice Motivacional: mide el nivel de motivación de tus colaboradores de forma periódica con un cuestionario sobre los aspectos más relevantes del trabajo.
2.El Mapa de Talento: construye un mapa con las aptitudes y competencias del colaborador, con lo que le gusta más/menos de su trabajo, los recursos que necesita, sus aficiones, sus aspiraciones en el trabajo y fuera de él, etc.
3.La Evaluación del Rendimiento: evalúa periódicamente todos los aspectos clave del trabajo como la capacidad técnica, de organización, creatividad-innovación, trabajo en equipo, relaciones sociales, etc.
4.El Salario Emocional: considera la posibilidad de retribuir o premiar a tus colaboradores con conceptos más allá del monetario como: más días de descanso, tickets restaurant, gasolina, mutua médica, voluntariado corporativo, etc.
Sigue estos 4 tips de forma sistemática y estarás en el buen camino para impulsar el talento y la motivación de tus colaboradores.
Post escrito por: David Quesada, Consultor colaborador de BigWig Quality Consulting.
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